La capa de hielo de Groenlandia se está derritiendo. Regularmente, como el tic-tac de un reloj, enormes y nuevos icebergs de los bordes del glaciar se sumergen en el océano cada día con un gran estruendo y un rugido. Nuestro planeta respira. El derretimiento acelerado del hielo no es más que una de las reacciones compensatorias de nuestra Tierra. Todo está en constante movimiento. Incluso los paisajes están cambiando a una velocidad impresionante, si el tiempo no se mide a escala humana. Para mí, los icebergs son esculturas nadando, testigos de un cambio global que, a la deriva hacia el sur en el océano, se disuelve lentamente en su imagen reflejada.
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